domingo, 29 de septiembre de 2013

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Juanito Hortikenstein 

¿Quién es Juanito Hortikenstein ?



Aunque tiene vagos recuerdos de su vida, posee la convincente certeza de que está muerto. 
Inseguro de que su brazo sea su brazo o de que los rasgos deformados 
que esconde su cara pertenezcan a su biografía.

Nada era suyo, su aspecto le recordaba —cuando se miraba en los aljibes del huerto— al lacrimógeno 
personaje de una serie de televisión sobre una casa en la pradera, mezclado brutalmente 
por la batidora del destino, con una falsificación oriental de La Cosa del Pantano.





No termina de acostumbrarse, de consumirse en el caldero hirviente de su cuerpo, entre tantos pimientos en descomposición, tallos y raíces en vez de venas y dedos, soportando kilos y litros de pesticidas ineficaces que son devorados por millones de bichitos minúsculos, que muerden, roen, absorben, desgastan las imágenes enredadas entre las hojas y el estiércol, sin duda pertenecen a la epidemia imparable de su conciencia. 
¿Qué sentido tiene que en mi deforme cuerpo se escondan fotografías de niños jugando en el campo, corriendo alegres por las colinas mientras que la madre suspira al ver llegar a su amado esposo, sentado, altivo, conduciendo la carreta repleta de víveres? se pregunta no sin leve melancolía Juanito Hortikestein. 

Algo salió mal, algo falló en el experimento, él reconoce que todo no fue un sueño —como le recordaba su añorado Kavafis— pero está convencido de que la clave a sus misterios, de sus sufrimientos y por supuesto de su condena se esconden tras las palabras que tiene clavadas en su piel.

Intenta recordar. Coge una pimiento cual calavera de Yorik y lo dirige a las estrellas que cuelgan de la noche de poniente, ahora la cuestión no es ser o no ser, sino ¿qué hizo o no hizo?

Un desmayo y su cuerpo de hortaliza mutante se fundió con la tierra fertilizada, y le llegaron respuesta, y le vinieron recuerdos...






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Juanito Hortikenstein  

Receta como página de inicio. 1


Pimientos rellenos de creativos

Descripción

Por favor no empujar, ya sé que estáis desesperados por otra de mis recetas, tranquilos por favor, comer no es tan importante como conspirar. Que el Estado no se de cuenta de vuestra hambruna, de vuestra lacrimógena desesperación.
Aquí estoy con otra ración de magia, para comer y luego poder cagar, pero por favor hablad bajo para que no se entere nuestra jodida Madre España. Hoy traigo un remedio para aliviar el dolor de vuestras heridas, bálsamo prohibido que calmará el ansia, el hueco y la pérdida. Hoy traigo una nueva pócima que los antiguos denominaban "Pimientos rellenos de creativos" y cuyos ingredientes son:

Ingredientes para un número aleatorios de personas:




· 6 pimientos más o menos verdes.
· 1 caja con 6 cabezas de creativos para rellenar.
· Papel higiénico (no importa el número de capas, el culo no entiende de sofisticaciones).
· Alcohol 96º.
· Cosas inútiles que se guardan en los cajones y que puedan arder.
· Cosas inútiles que se guardan en la cabeza y que deban arder.
· Petardos y 1 bola de estrellitas artificiales (bonito nombre ¿verdad?)
· Cinta aislante de color negro.
· 18 mondadientes (extraño nombre ¿verdad?)




Elaboración (Fundamental tener cerca una barbacoa sin encender):


1.- Nos vamos de compras al fantástico Hipermercado Google, donde todo se encuentra, donde todo se esconde...








... preguntamos —perdón, tecleamos— por "Los mejores creativos" y compramos una caja de seis unidades. Preferentemente de la marca "Pimientos Caídos" de la compañía "Europa Oscura", aunque cueste un poco más caro no debemos renunciar a la calidad.








2.- Pon los pimientos sobre la base, les damos un corte a unos dos centímetros de la zona del tallo (por donde se agarra a a planta)...








... y metemos los dedos para hundir hasta el fondo todo el interior del mismo, sin extraer ni desperdiciar la más mínima de las pepitas. 






3.- Cortamos tiras de papel higiénico al estilo "juliana", si el nombre te recuerda a una antigua novia que te dejó por un jodido pinche de cocina de origen cubano, más motivos aún para cortar con placer sádico.



En un bol mezclamos las tiras de papel con las cosas inútiles que pueden y deben arder guardadas en los cajones y en la cabeza. 



Añadimos un poco de alcohol. Dejamos reposar la masa. Si lo deseas y hasta ahora te habías reprimido, acerca la botella a tus orificios nasales e inspira lentamente los efluvios a noventa y seis grados. Comprobarás como te olvidas de Julia, del cubano y estarás bailando al son de "You are the worst thing in the world" del disco Inmolate Yourself del grupo Telefon Tel Aviv.



4.- Rellenamos los pimientos con la masa y lo cerramos con la cinta aislante.



Con la misma cinta adherimos los petardos al cuerpo del pimiento. Unos hacia arriba, otros hacia abajo, juntos o separados, verdes, rojos, húmedos o secos. Ya sabes que en el universo todo es relativo.
Ahora si es importante evitar la tentación de hacer lo mismo en tu cuerpo, y aunque probablemente te lo merezcas, déjalo para otro día pues resulta complicado hablar con un cadaver chamuscado y ebrio de alcohol de farmacia.



5.- Cogemos con cuidado las cabezas de los creativos y clavándoles dos palillos de dientes en los ojos y otro en la boca —ignora sus gritos—los fijamos al cuerpo explosivo del pimiento.



6.- Una vez repetida esta acción con los otros cinco pimientos los colocamos en forma radial sobre la bola de estrellitas artificiales que previamente hemos colocado en el centro de una sartén plana. Los creativos te mirarán con cara de odio —no es para menos— pero esto demuestra que vas por el buen camino, que en breve serás un gran no-cocinero.



7. Los colocamos sobre la parrilla de la barbacoa apagada y esperaremos a la oscuridad. Cuando se encienda a medias la estúpida bombilla de la luna habrá llegado el momento de la llama.



8.- Rociamos con alcohol la composición solar y le prendemos fuego.



Se ruega no hablar. Silencio. ¿Oyes los pimientos pedir clemencia?



9.- Mientras explotan los petardos, centellean las estrellitas y se queman los pimientos creativos, pensamos en la liberación de Palestina.



Presentación



Al día siguiente sacamos la sartén, la barbacoa seguramente habrá pasado una mala noche pensando en cómo coño sentía calor sin que a ella le hubiesen prendido fuego. A lo mejor tuvo fiebre.
Cojemos tierra de una maceta vacía, de la que nunca creció nada, pero que la guardamos como recuerdo para no olvidar que no se debe comprar en los supercien de chinos. Volcamos la arena sobre los restos de la hoguera hasta cubrir los cuerpos de los pimientos calcinados. Que bien sienta oficiar un enterramiento a las ocho de la mañana.



A continución colocamos sobre el montículo de tierra estéril la caja de creativos que resultó ser falsa, la habían imitado sustituyendola con una de arroz Brillante, cómo para fiarte de los de goooooogle. Por último clava el machete sobre la caja y mira como ondea la banderita con los colores de nada 11300 con el peñón al fondo. 

Ya se encargarán las pavanas de devorarlo todo.



Nota del autor
Una pregunta que siempre me hago al preparar este delicioso plato,
¿si en la caja de creativos pone que son para relleno
 por qué nunca se meten dentro?





Juanito Hortikenstein 

Receta como página de inicio. 2



Una vez leí una entrevista con Gore Vidal que me dejó desamardo de por vida. En ella comentaba lo lamentable qu le parecía el hecho de que muchos de sus compatriotas americanos no solo tenían vidas mediocres, tristes y vulgares sino que además se dedicaban a escrbirla con todo lujo de detalles como si a nosotros esa decadencia nos importara un pimiento. Yo en aquella época estaba ensimismado en la descripción literaria de mi ridícula vida. Lo dejé todo. Desde entonces no he hecho nada, bueno quizás algunas cosas sin sentido como la receta que ahora os presento...





Ensalada fría sin pimientos

Descripción:


Sopa fría sinpimientos, donde flotan cosas no muy definidas que se hundirán posteriormente mientras sentimos aromas farmacológicos ante la visión de fluidos psicodélicos con caramelos no caramelizados.







Ingredientes para un número aleatorios de personas:


  • 3 pimientos.
  • Pan del día anterior (se repetirá constantemente).
  • Algunas cosas no muy definidas (por ejemplo: creatividad, diseño, accesibilidad, marketing, normas gráficas, usabilidad, brieffing, público objetivo, psicografismo, pretest de campaña, atril marca AIP, ¿centro de información o punto de visitantes? ¿Cómo coño se decía?.
  • Agua del grifo. Fría, si aún no has perdido la sensibilidad en tus dedos. Si has leído hast aquí, de la sensibilidad de tu cabeza ya ni pregunto. En caso negativo buscar alguien con la capacidad suficiente para comprobarlo.
  • Betadine.
  • Página de periódico (preferiblemente de la sección de economía)
  • 1 huevo (no importa su procedencia).
  • Cápsulas y jarabes de tu farmacia hogareña.
  • Pastilla cúbica y azul para el inodoro.
  • Efferalgan 1 gramo. Que esté fresco, del día. No valen los que van rulando por los cajones años tras años.
  • Chucherías variadas.

  • Elaboración (Fundamental tener cerca una Chef 2000):
    1.- Cortamos los cuatro pimientos de forma asimétrica mientras se piensa si la geometría se relaciona con la esquizofrenia o si las dos son formulaciones enfrentadas de una misma realidad cotidiana. Frotar con betadine los lados cortados del pimiento más como rito que como cura. Al revés también serviría. ¿Acaso no es lo mismo cura y rito?. Apartamos los trozos pimientos.








2.- Colocar sobre el suelo una hoja abierta de periódico, preferentemente de la sección de economía. Sobre ella ponemos los trozos de pan y los machacamos presionando con unas chanclas de la selección de brasil, hasta que se fragmenten en un número similar al de páginas web pornos que visitaste la noche anterior. Con esta combinación de pan duro del día anterior y websites pornos de la noche anterior, obtendremos la base del cuerpo de la sopa. 







3.- En un plato hondo echamos directamente agua del grifo, metemos un dedo para comprobar la temperatura.
Si eres capaz de asegurar que el agua está fría, pasa al siguiente punto.




4.- Añada un chorro de betadine, vertiéndolo poco a poco hasta conseguir la coloración ideal, algo parecido al pantone noosecuanto CU, es importante que remuevas con otro dedo distinto al de la comprobación de la temperatura. No me preguntes el motivo por que no tengo ni puta idea, sigo los consejos de una libreta de recetas que mi abuela guardaba en una escupidera bajo la cama y que conseguí rescatar después de que ella incendiaria su casa con mi abuelo y su amante dentro. Cuando la mezcla esté lista le añadimos el huevo crudo, intentando que no se rompa la yema. Reventamos la yema con otro de los dedos que aún no hemos usado (aquellos que no estén ni mojados ni manchados, yo a veces me equivoco, se puede comprobar en la foto). Se aconseja que la combinación repose durante un rato.





5.- Sostenemos "las cosas no muy definidas" y las cortamos a tiras, separando con cuidado una de otras. No quitar las pepitas en el improbable caso de que las tenga.




6.- Este punto es crucial y de su buen desarrollo dependerá el sabor del preparado. Sobre el plato con la mezcla de agua más betadine más huevo reventado, esparcimos en forma de lluvia —no de chaparrón— los trozos de pan del día anterior, —hasta cuando tendré que repetir lo de "...día anterior", joder—. De nuevo añadimos otro chorreón de betadine y colocamos las tiras de "las cosas no muy definidas". A continuación echamos los medicamentos en orden inversamente proporcional a su fecha de caducidad y siendo los primeros los líquidos y luego los sólidos. Por último colocamos en el centro del plato el pastillón del efferalgan 1 gramo.




7.- Mientras se disuelve en millones de burbujitas efímeras, adornamos el plato con la pastilla cúbica y azul para el inodoro. Por último colocaremos las chucherías sobre el fluido multicolor que se genera.



8.- ¿Y qué hacemos con los pimientos? Nada, en realidad esta receta es una especie de sacrificio en memoria del dios pimiento. Una vez presentado y servido el plato, tiramos los pimientos a la basura y comenzamos la meditación.



Presentación
Colocar como mantel la portada de un periódico deportivo que prometa el fichaje de cristiano ronaldo por el real madrid y con sumo cuidado colocamos el plato un poco descentrado del verdadero centro geométrico. 
Mirar la descomposición y el hundimiento mientras meditamos sobre la importancia de los actos de nuestra vida.




Nota del autor
No sé en que momento había que utilizar la Chef 2000, ya que la hoja que lo explicaba quedó algo chamuscada por el incendio que provocó mi abuela. Pero en la foto de los ingredientes queda bonita. Que sexy queda la pueñetera máquinita de más de seiscientos euros.










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La saeta de los PescaitosHeads




Si escuchas el " The Exchange Session Vol. 1" de Kieran Hebden & Steve Reid, comprobarás como toda repetición amplificada provoca inevitablemente una distorsión copular. Por eso cuando las ratas decidieron apoderarse del mundo, follando sin parar para multiplicarse hasta el infinito, ocupando nuestros campos, nuestras casas, nuestros gobiernos e instituciones, nosotros los humanos contraatacamos. Las derrotamos, las expulsamos, las obligamos a huir, a refugiarse a las cloacas, a las regiones devastadas como poéticamente la denominan las pijas del departamento de urbanismo.



Durante mucho tiempo no se supo nada de ellas. Confiados en la victoria, ciegos en el triunfo, los habitantes de nada 11300 descubrieron demasiado tarde la despiadada venganza de los roedores. Habían mutado, se habían transformado hacia una forma más tecnológica, más avanzada, cambiando su rudo pelaje por una textura lisa y metálica, con diferentes formas, tamaños y colores. Incluso sus desiguales extremidades en continua discusión de si cuatro o cinco dedos, por fin se pusieron de acuerdo y eligieron por unanimidad evolucionar hacia la rueda de caucho. Y de nuevo se multiplicaron con más ansiedad y desenfreno.



Y sin apenas resistencia, de nuevo invadieron el espacio de nuestro mundo. Y nosotros linenses de medioculo preocupados por el descenso de la Balona, el pregón de la Feria, o el tan trillado "...hay que ver, este miércoles no ha habido mercadillo por culpa de la lluvia".



Sin piedad nos atacaron y de nuevo perdimos la guerra...




Para sobrevivir necesitábamos a un nuevo caudillo, a un nuevo che, a un nuevo gilipollas que nos guiará en la lucha contra las neoratascars. Cuando soplaba el viento de poniente, los verdaderamente creyentes rezábamos sin parar a la Virgen Refinera del Rocío Tóxico. Nos reuníamos en peregrinación caminando hasta Puente Mallorga para arrodillarnos sobre el altar de la Gran Chimenea y ofrecerle un ramito de flores de plástico.




Se obró el milagro e hizo su aparición el General Besugo que había mutado por la gracia de Dios de diseñador gráfico de provincias a ideólogo marcial y revolucionario. En poco tiempo nos unió, nos entrenó, nos arengó e hizo de nosotros un escuadrón invencible y despiadado. Nos obligó a recordar tiempos mejores, épocas en las que nuestros antepasados daban caza y preparaban exquisitos platos con ratas. Entonce éramos fuertes, altivos, héroes con hambre y sin miedo.


Una tarde reunió a los mejores, que por designios que sólo los santos conocen, también habían notado cambios en sus cabezas —no sólo en el pensamiento— donde fueron apareciendo escamas, enormes ojos sin párpados, caída repentina del cabello, y de sus alientos salía un olor salino que aumentaba al soplar la brisa. Esa tarde nos llevó a una cala escondida de Campamento, junto a los Astilleros del Gran Poder y nos brindó aquellas antiguas palabras sobre cruzar el Rubicon, sobre el día de la batalla. No sabíamos muy bien de que estaba hablando pero llegamos al éxtasis del ardor guerrero cuando nos dio nombre y bandera, cuando nos llamó la legión de los PescaitosHeads y concluyó gritando en un lenguaje extraño y mágico "alea iacta est".



Y luchamos.


Y vencimos.


Y jode contar lo que vino después, no por previsible menos doloroso. Ya podéis imaginar la exaltación del guerrero, los vítores, la celebración, los fastos durante noches y días, tomamos las calles mientras las neoratascars se escondía en los parkings o escapaban por carreteras secundarias nadie sabía hacia donde.



Luego la soberbia, los grupos de poder, las conspiraciones y el sangriento asesinato del General Besugo por las ordas del Comandante Gil. Al final siempre lo mismo, de nuevo envueltos por el manto del óxido, la sábana de la sangre y el edredón de la oscuridad.


En el Santo Entierro del General Besugo hubo duelo y falsedad a partes iguales, tambores fúnebres y palomas cagando en todas las plazas denada11300. Dicen los que le encontraron desangrándose en la calle Crespo que sus últimas palabras fueron que lo enterraran con su antiguo nombre de civil: Juanito Hortikenstein y que si no era mucho pedir que se esculpiera sobre el marmol de la lápida con la letra Trajan. Y así se hizo, más o menos.



A los pocos días de luto, cada uno de los cabecillas del escuadrón adaptó la ideología a sus intereses particulares, compitieron entre ellos, al pueblo se le engañó con un estúpido juego de echar una etiqueta de su comida preferida por la rendija de un bidón de gasolina.



Se me para el corazón al escribir esto, la decadencia fue en aumento, algunos confundidos buscaban frenéticos las pocas neoratacars que se ocultaban, y cuando encontraban alguna, desvalida, indefensa, mal nutrida le prendían fuego, no recordaban muy bien el motivo que les llevaba hacer eso. A veces acercaban sus temblorosas manos para calentarlas...


...y otras como luminaria de fondo para una noche romántica, antes de copular y jugar a su entretenimiento favorito: inventar historias sobre quienes prenden esas minúsculas candelarias en el cielo.


Los menos violentos decidieron volver de donde vinimos, de donde vinieron, con rudimentarias barcas se adentraron en un mar que ya no les reconocía...


y también murieron.








4

Santa Tander y los Eruribors

Toda historia oscura y sangrienta comienza inevitablemente en la barra de un bar cuando un hombre y una mujer se conocen. Luego, los dos agarrados de la mano se sumergen en un mar de luces nocturnas, una habitación en la penumbra, los besos ciegos y el velado hacia el rojo sangre del orgasmo. 
En fin lo de siempre.


No, esta vez no es lo de siempre, ya que descubristes demasiado tarde que ella trabajaba de directora en una sucursal bancaria, dos días antes de que el mundo cambiara, o sería más correcto decir antes de que el mundo se mostrara como siempre había sido: un escenario atroz donde se suceden sin parar las ceremonias del sacrificio, donde en la más absoluta inconsciencia entregamos nuestros tiempo, nuestro trabajo, nuestro sueños a los dioses invencibles del poder.


Aquella tarde cuando se despidió de mí "para siempre", me miró con la misma indiferencia compasiva con la que el matarife observa a la res condenada. Girando, de espalda, con paso lento me dijo "..aprovecha las pocas horas que quedan antes de que comience la crisis, la gran crisis final, ya han despertado a los .... y no me enteré de nada más".



Y así ocurrió,lo primero fue descubrir que nos habíamos tragado el anzuelocon el cebo de aquellas maravillosas promesas: "Consigue la casa de tus sueños", "Cambia de coche, de mujer y de amante", "Un crucero alrededor del mundo y dejarás de estar solo". Como comprenderán, no era fácil evitar este tipo de tentaciones y caí, y caímos unos tras otros como roedores por el precipicio de la ruina. Cuando picamos, tiraron del hilo, cerraron el grifo, y nos llenaron los buzones de cartas amenazantes e intimidatorias.


Contrataron asesinos a sueldo que utilizaban como arma letal las tarjetas de créditos. Con la precisión de un cirujano rebanaban el cuello del desgraciado que no cumplía su parte del contrato. Todos los días aparecían nuevos cadáveres ejecutados en el silencio de las calles del extraradio. A veces tenían la apariencia de un suicidio, pero casi siempre se notaba el sello profesional de un yakuza disfrazado de ejecutivo con corbata y traje a medida, sobre todo cuando dejaban escrito con sangre "... el que aVISA no es traidor".




Y en vez de responderles con la misma moneda, en vez de hacer nuestra laLey del Talión, "...acabas con mi vida o con la de mi hijo, pues acabo con la tuya o con la de tu hijo...", "...me robas la casa pues arde tu sucursal, tu chalet y tu Audi último modelo...". En fin, en vez de responderles con la extrema contundencia que la situación merecía —ante un estado político que como de costumbre volvía la cara envuelto en discursos sin credibilidad alguna— nos conformamos con salir a la calle y manifestar nuestra rabia, no hay nada más triste que gritar en voz baja.


Para lo único que sirvió tal gilipollez fue para que descubrir la debilidad de la clase trabajadora, donde los cuatro que se movían quedaron al descubierto y ejecutados a machetazo limpio, nada de sofisticaciones metafóricas. Y como a los replicantes de Blade Runner "...a ésto no se le llamó exterminio sino retiro".



La impunidad de los homicidios, la cobertura legal que los protegían, el descubrimiento de que estábamos solos ante la gran ave de rapiña, de que todo los poderes del estado —jejejeje— eran extremidades del monstruo y por lo tanto de ellos también venía el peligro, engendró más frustración, violencia e ira.




Esta vez salimos a la calle, esta vez entramos en guerra y...




... fue entonces cuando pusieron en juego a su batallón de destrucción masiva, fue entonces cuando aparecieron Los Euribors. Ellos nunca pierden...fue lo último que aprendimos.


"BangEsto", experto en napalm y en explosiones incendiarias, podía en menos de una semana dejar literalmente quemada una ciudad. Su directiva, es decir, su cabeza podía mutar segun las necesidades en todo tipo deexplosivos deflagrantes y detonantes.


"Fankinter", no podía ocultar su enfermizo cabreo por estar constantemente justificando que no era un refresco, que él era uno de los más temidos superhéroes. Y como el kilo de naranja estaba caro, expropió, ante el visto bueno del estado, todas las huertas del país. Lo que en realidad le encantaba era destruir las ciudades donde se jugaron los partidos del Mundial de Fútbol de España, en homenaje a su amor hacia "Naranjito".


"La Cacha", boyera y playera, le encantaba escenificar sus asesinatos múltiples en todo el litoral hispano. En pocos días ni un chiringuito en pie. Los muertos se mezclaban con los africanos ahogados que ignorantes creían venir a un mundo mejor, ya lo dijo Buda "...el mal es la ignorancia".



"BeBeVa", inmensamente gordo por su adicción a lo que no le pertenece, riega cada operación multimillonaria con toneles de los mejores vinos. invita a sus amigos de la judicatura, de la legislación y del "poder de ejecución" y disfruta de las "panorámicas de los desechos" como suelen llamar alpaisaje después de la batalla. Odia a su dios por preferir a Santa Tander antes que a él, no soporta ser segundo. Su grito de guerra es "... el culo está para recibir patadas".


Y llegamos por fin a la número one, a "Santa Tander del omnipresente y todopoderoso demiurgo dios Bot-In". Lo que quiero decir es que te olvides de enfrentarte a ella, pues si tiene a dios de su parte, nada de lo que hagas servirá, ni tan siquiera rezar, ya que no te va a oír ni un simple angelito del cielo de los ricos.
Santa Tander es sofisticada y no le va eso de las destrucciones en masa, ella te da una muerte a medida, personalizada, cara a cara, mirándote a lo ojos y preguntando por donde quieres que empiece a mutilarte. ¿Te quito primero la casa o los ojos? es una de sus preguntas favoritas, también le gusta recordar a Jack el Destripador, ya saben, uno de los precursores de la banca moderna, y hacer suya la frase "...vayamos por partes".
Lo único que recuerda de sus padres carnales es la destreza con la que afilaban los cuchillos de la carnicería familiar. Su padre no la entendió cuando ella le dijo que su deseo más íntimo era llevar al éxtasis tan noble oficio. Incomprendida buscó clausura y se encomendó al dios Bot-In que la escuchó, le dio poder y la hizo santa. Dicen que los pasillos donde cuelgan los cuerpos troceados de sus víctimas son tan largos que comunican una ciudad con otra. 

Una cuestión ¿sabes que respuesta te dará el gobierno si le preguntas por Santa Tander?


Cuando se cansaron de expoliar, de quitarnos las migajas de las que nos vanagloriabamos, tranquilamente, sin prisas, fueron bajando la intensidad de los ataques, dilatando los tiempos de tregua y destrucción. Hasta que por fin pararon.
A este silencio lo denominaron paz, que palabra más triste en boca de un bombardero. Uno a uno se fueron ocultando en sus edificaciones funerarias, ellos las llamaba Oficinas Centrales, pero despedían un hedor a carne corrompida que bastaba acercarse varios kilómetros para que la náusea removirera lo poco que quedaba de tu estómago.


BangEsto se recluyó en su torreón donde acaricia día y noche su colección de cabezas reducidas y pintadas con los colores institucionales de su secta.


FanKinter duerme dentro de un saco acompañado por momias precolombinas, mientras sueña que Naranjito le sodomizará cuando despierte.



La Cacha marchará de nuevo a las tierras del Reino Desunido de Gibraltar y acariciará con pena la tierra del cementerio que levantó en memoria de su amada. Se quitará su hermoso casco cúbico y nos mostrará los ojos que lloran hacia dentro. Por una vez sentiremos pena de ella.


Y ya sabemos lo que hará el gordo BebeVa, tomará un exclusivo baño con el delicioso y prohibitivo Petrus. La mezcla resultante junto con el sudor y la sangre de la batalla, dará como resultado un nuevo vino con tonalidades azuladas y aromas prohibidos.



Y por último que decir de nuestra santa favorita, la última en dejar la sangre tranquila. Lo que le cuesta a esta criatura olvidar los gritos de súplica o dejar de alimentar a su bandada de cuervos al atardecer, echándoles carne picada y fresca de la clase obrera. Pero cuando recibe la orden de abandonar, primero duda y luego obedece, cierra los ojos que quedan soldados por el pegamento extremo de la hemoglobina y con paso lento se dirige a su sepulcro, antes de entrar se limpia las manos en las paredes de piedra, sonámbula, llora por el recuerdo de sus dos hermanos asesinados por ella en el vientre materno. Aún conserva sus cráneos decorando el muro interior, los mira sin levantar los párpados y gesticula imitando que toca con el violin el último movimiento de Tabula Rasa de Arvo Part.


El resto de los que quedamos hemos aprendido la lección, hay que ser buenos para que no llamen de nuevo a Santa Tander y Los Euribors.